Esta palabra tiene mucho que ver con las implicaciones de las emociones negativas con las enfermedades que nos aquejan constantemente. En otras palabras, de cómo el ser humano es un todo, compuesto de su cuerpo físico, afectado por las situaciones emocionales(cuerpo emocional), tanto las buenas como las malas, como los miedos, las alegrías, las tristezas, etc. Implicando también el aspecto cultural, el medio en donde crece y aprende costumbres, sin dejar de contar el lado espiritual y sus creencias, es en fin la interacción de todas las áreas que componen y afectan al ser humano, es la parte holística que lo engloba todo.
Una enfermedad no es únicamente un bicho, microbio, o afectación que incumbe la parte física del ser humano, es, desde su origen mismo una implicación de diversos factores que interactúan entre sí que permiten que se dé un estado de afectación. Así por ejemplo, para que un microbio ocasione estragos en una persona, es necesario que esta se encuentre en un estado de bajas defensas que se originan, entre otras cosas, en situaciones de depresión o estrés, situaciones que nos reflejan un estado emocional intenso en el que nuestro espíritu está sometido, sin impulso de defensa. Si habláramos de gripe, esta se da en situaciones de estrés, así lo comprueban estudios realizados con estudiantes en tiempo de exámenes, en donde las afecciones virales son más recurrentes independientemente de la estación o clima en que estos se desarrollen. Estudios inmunológicos demuestran que en situaciones de estrés nuestra capacidad de defensa es muy reducida. Y claro que estamos considerando el estrés en sus dos presentaciones, el estrés acumulativo que es cuando una situación negativa se nos presenta en dosis reducidas y constantes, un ejemplo podría ser una pareja con ataques de celos, y que cada que estos ataques se presentan desencadenan este tipo de estrés que vamos acumulando y que parece ser el que más estragos físicos y emocionales puede causarnos. Por otro lado tenemos el estrés puntual que se presenta en hechos muy aislados, que aunque puede ser muy intenso son menores las probabilidades de contraer enfermedades, salvo casos en que sea un evento por demás traumático que llegue a producirnos incluso la muerte. Hablamos de enfermedades recurrentes y comunes que vemos a diario y de las que estamos propensos mientras no revertimos los efectos de la situación.
Una persona que padece una enfermedad terminal puede mejorar o al menos recibir una mucho mejor calidad de vida en tanto se estimula positivamente en todos los aspectos que componen al ser humano, especialmente en el emocional.Viendo desde el punto de vista del paciente el panorama que se le presenta, el mismo no es nada alentador. escuchar la palabra cáncer, paro cardíaco, sida, etc. son palabras contundentes que llevan implícito una muerte inminente, y esto tanto por el ámbito social que así lo percibe como el aspecto médico. Entonces el paciente está en medio de un ambiente "trágico", esto aumenta la carga emocional negativa que percibe, además por sentir en sí mismo los efectos y síntomas de su propia enfermedad. ¿Que es lo que podemos hacer ante esta situación? Como terapeuta propongo lo siguiente:
- Identificar el origen emocional de la enfermedad y revertirlo.
- Trabajar con meditaciones e imagineria guiada, en todos los aspectos del paciente
- Trabajar con quienes rodean al paciente para establecer un ambiente propositivo.
Atte Biol/Terapeuta Jorge Arellano
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